Dicen que cuando el dinero entra por la puerta, el amor a veces sale por la ventana… y parece que Ana Patricia Gámez lo ha comprobado dos veces. La conductora y exreina de belleza enfrenta su segundo divorcio, y al igual que en el primero, fue ella quien interpuso la demanda, dejando claro que ella no se deja ni en lo personal ni en lo profesional.
En esta ocasión, la exconductora de Enamorándonos USA y de Despierta América solicita a la Corte un reparto desigual de bienes, el control total de su empresa de ropa Beashion Boutique, así como de los ingresos derivados de ella.
¿El motivo? La ganadora de Nuestra Belleza Latina 2010 manifestó en la demanda su desconfianza en la administración financiera de su esposo, Luis Carlos Martínez, con quien se casó en 2014, tras un año de noviazgo, en una ceremonia en Guadalajara.
Según el expediente presentado ante la Corte de Familia de Miami Dade, la demanda interpuesta apenas el pasado lunes 20 de octubre de 2025 declara que el matrimonio está "irremediablemente disuelto" y que ella ha sido el sostén económico de la familia.
En el documento se afirma que Ana Patricia confió al esposo la gestión de las finanzas de su empresa, pero sospecha que él habría ocultado ingresos o retirado fondos para su beneficio personal.
Luis Carlos Martínez, a quien medios como ¡HOLA! describen como ingeniero civil, se había encargado de la administración financiera de Beashion Boutique, según la demanda. No existe, por ahora, un registro público detallado de su trayectoria laboral previa, más allá de su rol en el negocio de Ana Patricia.
LA HISTORIA SE REPITE
No es la primera vez que la vida sentimental de Ana Patricia se tambalea cuando la fama y el dinero se mezclan. En su primer matrimonio, con Fernando González, la mexicana acababa de ganar el certamen de belleza de Univision y de integrarse al show matutino de la televisora.
En ese entonces la historia también terminó en divorcio por diferencias personales y financieras.
Ella misma contó años después en su pódcast: "En cuestiones del papeleo yo tomé las riendas del asunto, yo fui quien consiguió una abogada que me ayudó a tramitar el divorcio, porque él me dijo: 'Yo no puedo hacer eso, te pido que tú lo hagas por mí y en el momento en que tenga que firmar los papeles lo hago'. Y así fue".
Esa frase, dicha con serenidad, refleja la misma determinación con la que Ana Patricia hoy enfrenta nuevamente un proceso legal, esta vez en contra del hermano de su excompañera de Univision, Karla Martínez.
NADA LA FRENA
Y si algo ha demostrado esta sonorense, es que ni la enfermedad ni los cambios laborales la frenan. En 2019, anunció su salida de Despierta América, de Univision, para conducir Enamorándonos USA en UniMás, un paso que marcó una nueva etapa en su carrera dentro del mismo grupo TelevisaUnivision.
Años después reveló que padecía hemoglobina baja, un problema de salud que ha tenido desde niña y que, según explicó, "se empeoró con lo que nos pasa cada mes a las mujeres".
La anemia la obligó a recibir tratamiento médico y a ausentarse temporalmente del programa; pero lejos de detenerla, la impulsó a enfocarse en nuevos proyectos.
Fiel a su carácter norteño, se levantó y creó su propia línea de ropa, Beashion Boutique, primero en línea y después con una tienda física en Miami, donde incluso se le vio acompañada de su esposo durante la inauguración, en junio de este año.
En su sitio web, ella misma se presenta como "la creadora de esta marca pensada para mujeres reales que quieren verse seguras y auténticas".
Las sospechas de crisis ya eran evidentes desde hace meses: Ana Patricia había eliminado casi todas las fotos junto a Luis Carlos en Instagram. Aunque nunca hizo una declaración pública sobre la separación, probablemente por consejo legal, dada la naturaleza financiera del caso.
Según la demanda de divorcio, la convivencia entre la pareja se volvió hostil, por lo que Ana Patricia pidió custodia compartida de sus hijos Giulietta y Gael. El documento también indica que durante los últimos años ella ha sido quien ha sostenido el bienestar económico de la familia, por lo que reclama el control total de su negocio y refuerza su imagen de mujer independiente y trabajadora.
Hoy, la exreina de belleza no sólo enfrenta otro divorcio, sino también el desafío de volver a reinventarse. Y lo está haciendo.
Bien dicen que a veces perderlo todo es la forma más valiente de volver a empezar.
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