Lucía Méndez quiso ganarle al tiempo… y al deseo. En plena madurez, la actriz decidió colocarse un chip hormonal para "darle batalla" a su novio mucho más joven y recuperar el apetito sexual, aunque no todo salió como esperaba.
Luego de que la actriz de 70 años contara brevemente la anécdota durante su participación en el reality Siempre Reinas, uno de sus allegados reveló más detalles de cómo esa nueva etapa pasional intensa se transformó en ansiedad y desesperación.

"Sabes que me fui a poner un chip de libido, pero me lo tuve que sacar porque quería cuchiplancharme hasta las paredes. Se te sube el libido y quieres tener toda la relación sexual del mundo", les confesó Lucía a Sylvia Pasquel y Laura Zapata en el programa, cuando les platicó que lo había hecho en 2022 cuando tenía un novio de 28 años, dedicado al modelaje.
Ahora, una persona cercana a Méndez contó a la revista TVnotas que cuando ella empezó a salir con el joven, su deseo sexual había disminuido naturalmente por la edad, pero como quería tener una vida plena en ese aspecto, recurrió a un médico en busca de ayuda.

"Lucía nos había confesado que, por su edad, le había disminuido el deseo sexual", contó la fuente a la publicación. "Lucía sonaba muy divertida al contarnos su vivencia. Decía que su novio era muy joven, que no quería quedarse atrás y que le iba a dar batalla.
"Al principio tenía sus dudas. Le habían recomendado utilizar pastillas para aumentar el deseo sexual, pero también le sugirieron el implante, que estaba muy de moda y le duraría como medio año".

Luego que le colocaron el dispositivo, Lucía no sintió ningún cambio y después experimentó mucha energía y curiosidad, que le duraron poco porque empezó a vivir con mucha ansiedad.
"Como a la segunda semana empezó a sentirse rara", narró el conocido de la actriz de Viviana, Colorina y El Extraño Retorno de Diana Salazar. "Sus pensamientos cambiaron. Andaba muy positiva, con mucha energía. Iba, venía, andaba al 100, parecía jovencita, quería experimentarlo todo. Pensaba en el galán, en estar con él. Lucía compraba ropa muy sensual. Sus encuentros estaban (subidos de tono). Era muy placentero todo.

"(Después) Lucía empezó a sentirse incómoda, su cerebro sólo pensaba en sexo. Decía que andaba todo el tiempo 'prendida', que sentía como desesperación, así tal cual: 'Pienso en hombres todo el tiempo'. Decía que era tal su ansiedad que quería hasta restregarse en la pared (ríe)… A nosotros ya nos había dicho que, con ese implante, después de semanas, no le agradó para nada esa sensación de tener 'necesidad' todo el tiempo. Así que a los 2 meses de la colocación decidió que se lo retiraran".
EL CHIP DE LA SEXUALIDAD
Aunque coloquialmente es conocido como el "chip de la juventud o sexualidad", el tratamiento que recibió Lucía Méndez son microcápsulas hormonales que se colocan en el glúteo y en un lapso de 3 a 6 meses van liberando testosterona, progesterona y estradiol.

Los pellets deben ser colocados por un especialista preferentemente en mujeres que transitan la menopausia, como un auxiliar para aumentar la libido, pero también para mejorar su estado de ánimo, disminuir el cansancio y mantener los huesos fuertes.
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