Hace unas semanas, Camilo Blanes, hijo del cantante Camilo Sesto encendió las alarmas tras mostrarse en redes sociales vestido de mujer, con una dentadura muy deteriorada y con un nuevo nombre: Sheila Devil (Shelaw).
La más sorprendida fue su madre, la mexicana Lourdes Ornelas, quien afirmó desconocer a su hijo y se dijo cansada de intentar ayudarle; además, públicamente se decía que "Camilín" se estaba autodestruyendo.
Entrevistado por la agencia Europa Press y por primera vez luego de los escándalos, Camilo, quien prefiere que ahora le llamen Sheila, conversó con el reportero afuera de su casa mientras empujaba un scooter, y dijo que su cambio físico lo llevó al extremo para eliminar esa parte agresiva de su personalidad.
"Lo he llevado hasta el extremo y lo hecho por una razón, para terminarlo de una vez porque lo odiaba, era un mal menor necesario, pero gracias a Dios ha terminado y estoy muy contento.
"La verdad sentía más agresión en mi lado masculino; ahora estoy muy a gusto, si a alguien le molesta quizá se tiene que querer a sí mismo más. Yo hago lo que quiero hacer, no quiero molestar a nadie.
"Camilín es aborrecente, pero no porque no me guste ser hijo de mi padre, mi padre siempre será mi padre y me parezco a él a morir, y trapos sucios tienes ahí a morir", respondió en tono melodioso.
Respecto a los rumores que surgieron de que se estaba hormonando en su transición de género y que conseguía los medicamentos en el mercado negro, Sheila respondió de buen humor.
"¡Ostia tío!, suena surreal, la verdad es que no lo creo", comentó sin soltar su cigarrillo. "Yo soy del sexo que siempre he sido.
"Yo lo que quiero es encontrar mi camino individual, saber quién soy, ¿por qué tenemos que estar todo pegados como unos mocos?", dijo rascándose la nariz y pidiendo en medio de risas editar el video si se le veía un moco.
Respecto a su madre, dijo que ya se hablan luego que ella comentara que se había vuelto imposible controlarlo.
"Mi madre la amo, ¿tú ves odio en mi corazón?", le preguntó al reportero. "Me quieres convertir en un monstruo, pero no tengo odio en mi corazón, no lo he tenido nunca y no lo voy a tener, no sé hacerlo".
Antes de retirarse de la entrevista, Sheila, con su peluca negra y corta, en shorts y sandalias recalcó que todo lo hacía por ella y nunca en un intento de ser el centro de las miradas.
"Lo último que quiero es llamar la atención", dijo y emprendió camino en su scooter.
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