La vedette y violinista mexicana Olga Breeskin rompió el silencio sobre uno de los capítulos más oscuros de su vida, al confesar que fue víctima de explotación sexual por parte de un famoso productor durante siete años, mientras trabajaba en Las Vegas.
Su testimonio ha causado impacto, no sólo por la crudeza de los hechos, sino porque por primera vez se atrevió a contar con detalles lo que vivió, en una entrevista con el periodista Gustavo Adolfo Infante, para su programa El Minuto que Cambió mi Destino.
"Me tuvo de esclava, laboral, personal y sexual. Fueron los 7 años más espantosos de mi vida", declaró Breeskin con la voz entrecortada. "Me compró, y luego me revendía a otros hombres. Yo no tenía opción, tenía que volver con el dinero que él pedía".
La artista explicó que en ese entonces era muy joven y que se sintió completamente atrapada por las amenazas del productor, a quien describió como un hombre peligroso.
"No me atrevía a denunciarlo porque era un asesino. Si lo hacía, me mataba. Me tenía aterrorizada", aseguró la vedette apodada en los 80's como "Súper Olga".
Breeskin mencionó que muchas veces fue obligada a asistir a reuniones privadas, y que aunque todo se disfrazaba como parte del "ambiente artístico", en realidad era una forma de prostitución forzada.
"Nunca tuve una vida propia en esos años. Él controlaba todo: lo que vestía, lo que decía, con quién hablaba... y a quién tenía que complacer".
Hoy, con más de 60 años de carrera artística, Olga participa en la puesta en escena Aventurera, interpretando a Rosaura, un personaje con el que dice estar sanando heridas del pasado.
"Me veo ahí, veo a esa muchacha rota, y ahora puedo abrazarla desde el escenario", compartió.
FUE VIOLADA BRUTALMENTE EN MÉXICO
Breeskin contó que ante de darse a conocer en Siempre en Domingo, un famoso restaurantero, corpulento, la invitó al Teatro Blanquita, donde le dijo que sería contratada y la volvería rica. Pero en realidad la llevó a un motel.
"'¡Bájate, hija de tal por cual!', me jaló del brazo con todo y violín, me subió casi arrastrando al primer piso, me avienta el violín, me arranca la ropa, me avienta en la cama, deja su pistola sobre el buró y me da una embestida tan brutal, tan brutal, que casi me desmayo del dolor", contó Olga a Gustavo Adolfo, en un relato en el que en todo momento tuvo los ojos cerrados, como reviviendo aquel momento.
Ese hombre murió hace tres años y tenía un restaurante en el sur de la ciudad de México, en donde todo los artistas de su época "le ponían tapete rojo al perverso violador de menores", dijo, y cuyo nombre no quiere dar para no hacerle daño a sus hijos y a sus nietos.
El año pasado la artista anunció que escribiría un libro en el que contaría los abusos sexuales que sufrió en su juventud, para prevenir a las jovencitas y evitar que sufrieran algo similar, pero se desconoce si ese libro saldrá a la luz.
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