A 12 días de la muerte de la cantante Dulce, su hija Romina Mircoli rompió el silencio y contó cómo fueron los últimos "desgarradores" momentos de vida de su mamá, echando por tierra los fuertes rumores que señalaban un gran distanciamiento entre ellas.
"Yo estuve en el hospital hasta que ella dejó de respirar; yo tengo mucha paz con eso. Yo no siempre estuve de acuerdo con mi mamá en todo, es verdad. Tuvimos diferencias, ¿quién no las tiene?, pero también tuvimos momentos hermosos", dijo en entrevista para el programa Hoy.
Uno de los temas que causó controversia tras la muerte de Dulce es que no se ofreció ningún servicio funerario y que Romina presuntamente no había cumplido su voluntad de ser enterrada en Matamoros, su tierra natal, junto a su madre.
"Mi mamá toda la vida expresó que quería ser enterrada al lado de su mamá, (pero) el cáncer la deterioró muchísimo, ella ya no se valía por sí misma, yo le daba de comer, yo la paraba, yo la vestía, yo la movía", agregó en entrevista para Ventaneando.
De acuerdo a Romina, Dulce murió el pasado 25 de diciembre a consecuencia de la metástasis de cáncer de pulmón, la cual le provocó una dramática pérdida de su calidad de vida.
"Mi mamá dormía muchísimo; tenía momentos muy buenos y tenía momentos malos, ella por su condición empezó a necesitar la ayuda de una doctora especializada en el dolor.
"Lo triste fue que a medida que su enfermedad iba avanzando se fue quedando sin aire en el pulmón y mi mamá dejó de hablar, sí lograba susurrar o darse a entender con señas, pero su voz nunca más la volví a escuchar.
"Es desgarrador ver cómo hace un mes estaba de vacaciones, estaba feliz, (y después) sus placeres estaban tan limitados como a simplemente tomar un chocolate caliente en la cama, la vida prácticamente le quitó todo", contó sin poder controlar el llanto.
"ERA UN TRAPITO DE PERSONA"
A pregunta expresa de Pati Chapoy de si Dulce decidió en algún momento no tener un funeral abierto, Romina respondió afirmativamente y dijo que la razón fue mantener intacta su imagen ante su público.
El deterioro físico de su madre era muy notorio, explicó, debido a que como nunca paró de trabajar, se dio cuenta hasta muy tarde que el cáncer de riñón ya le había hecho una muy fuerte metástasis en el pulmón, y que esto aunado a los opioides y otros medicamentos para el dolor, la fueron debilitando.
"Me dijo: 'Romina, por favor, que nadie me vea… Si algo me pasa, elige tú la urna, la más preciosa, mi amor, que brille y me llevas a la Basílica'… el deterioro de mi mamá era muy evidente.
"Yo no sé cómo se filtraron fotografías del hospital, ella tenía mucho miedo que le fueran a tomar fotos como ella estaba, ya estaba muy deteriorada, esa no era la imagen por la que había procurado y trabajado toda su vida. Era muy triste verla, era un trapito de persona, era una cosita así chiquitita. No había vestido ni maquillaje ni peluca que le fueran hacer justicia", compartió.
Y aunque madre e hija no tuvieron una despedida como tal, Romina dijo que con lo que se queda es con el hecho de haber estado junto a Dulce hasta su último aliento.
"Una despedida formal no hubo, yo creo que no hizo falta, lo importante es que yo estuve con ella hasta que la mañana del 25 (de diciembre) tristemente me di cuenta que nada más había amanecido yo", comentó.
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