Amigos, hace unos días Irina Baeva sorprendió al publicar en su canal de YouTube una conferencia que dio en un centro cultural del Estado de México sobre los prejuicios de género y el feminismo, y en la que habló de lo que le ha costado ser la "fácil", la "robamaridos" y la "pu&@" en su relación con Gabriel Soto.
En su charla titulada "¡Arriba Eva!", Irina se centró sin embargo en la importancia no de la mujer de Adán que todos conocemos, sino en Lilit, que según leyendas, sería la primera esposa de Adán, quien decidió dejarlo, irse del Edén y convertirse en demonio con tal de no ser monospreciada y estar por debajo del hombre.
Y ahí fue cuando la actriz rusa platicó a los asistentes que igual que este personaje mitológico, hace poco ella se convirtió en un demonio, cuando decidió andar con Gabriel Soto. Y mostrando en una pantalla gigante la portada de la revista ¡Hola!, cuando ella y el actor posaron juntos por primera vez, dijo:
"Yo me enamoré de un hombre separado, que con honestidad me dijo que lo único que lo unía con su pareja, con su ex-pareja, era un papel. Por eso ambos, ojo: ambos, decidimos realizar una relación y ahí fue que como Lilit, me convertí en un demonio".
Irina dijo que sin embargo, a Soto no le fue tan mal ante la sociedad.
"Él siguió siendo el mismo hombre, nadie le decía nada y prácticamente no hubo consecuencias para él en el trabajo. En cuanto a mí, nombre... yo me convertí en una fácil, en una puta, en una robamaridos, en una rompehogares, etcétera, etcétera, etcétera".
Y aseguró que ella sí tuvo consecuencias graves, personales y profesionales. Que las personas en redes sociales la insultaban tanto, que tuvo que bloquear los comentarios en Instagram, porque los haters que le escribían insultos y comentarios lleno de odio, estaban causando un efecto grave en ella, al grado de dudar quién era ella en realidad.
"Me la estaba creyendo, ¿acaso yo era eso, lo que todos decían?", se cuestionó.
Pero luego reflexionó en que todo ese odio hacia ella ya lo había vivido antes, desde muy joven.
"Por ser rubia y salir en telenovelas, la gente piensa que soy tonta o que me acuesto con productores para conseguir papeles".
Contó que en sus inicios, cuando recién llegó a México, trabajó de modelo.
"Y si además, a la ecuación suman que yo soy rusa, pues 'escort ha de ser'", dijo.
"Y todo esto sin tan siquiera conocerme. Prejuicios, prejuicios y más malditos prejuicios que sólo nosotras debemos romper levantándonos".
Irina instó a las asistentes a ser más feministas, a gozar del hecho de ser mujeres con todas sus ventajas, pero siempre exigiendo un trato de igualdad en todos los aspectos de la vida.
Puso como ejemplo al hombre, que cuando sale con muchas mujeres es considerado un galán, mientras que una mujer que sale con muchos hombres es una fácil, o cuando a un hombre por ser infiel se le aplaude, mientras que a una mujer se le crucifica.
Aseguró que es cansado tratar de satisfacer a todo el mundo, sobre todo a las mujeres cuando critican a las de su mismo género.
"Si no nos arreglamos ni maquillamos, no somos femeninas; pero si nos maquillamos mucho, si nos arreglamos, nos ponemos minifalda y tacones no podemos ser feministas porque nos vemos como objetos.
"Si no trabajamos, mantenidas; si trabajamos, descuida hogares. Que si no salimos con nadie, mustias; y que si salimos con muchas, putas".
La actriz en ningún momento mencionó el nombre de Geraldine Bazán, quien estaba casada con Gabriel cuando Irina inició su relación con él.
Mira a Irina hablar por primera vez del tema:
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