Normalmente, ¿qué daño puede hacernos ir a una boda y tomarnos una bebida? Pues a Florinda Meza le costó abrirse la cabeza, parte superior del labio, la lengua y un par de dientes flojos.
Entrevistada por Adela Micha para La Saga Live, la actriz, guionista y productora contó que en la boda de Chantal Andere y Roberto Gómez Fernández, hijo de Roberto Gómez Bolaños "Chespirito", en 2001, alguien puso drogas en su bebida y eso le provocó un fuerte accidente.
"Fui víctima de una ruindad. Nos pudimos haber matado Roberto y yo por una bebida, me partí la cara y mi hermosa nariz la tuvieron que reconstruir. Tres veces me pusieron injerto porque quedó plana y querían hacerme una cuarta operación para hacer la forma que tenía, pero yo ya estaba harta, dije: 'yo respiro'", dijo.
Florinda relató que supone que eso sucedió mientras se paró a bailar con su esposo, porque al poco tiempo empezó a sentirse muy mal y tuvo que retirarse de la fiesta.
"Empecé a sentir como si mil alfileres me picaran en todo el cuerpo, sentía caliente la cara, rojo, rojo; el corazón lo sentía en las orejas como si tuviera terribles taquicardias o arritmias, o lo que fuera, pero me sentía pésimo".
"Como tuve fiebre reumática a los 20 años, yo dije 'esto es lo de mi secuela', seguro me va a dar un infarto'".
Pero los efectos aumentaron mientras Florinda conducía rumbo a su casa, pues perdió la orientación vial y tomó una calle en sentido contrario en la Ciudad de México.
"Yo veía cómo la gente de pronto estaba lejos, lejos y luego sus caras se me acercaban, pero su cuerpo quedaba lejos, una cosa rarísima. Los semáforos, aunque estuvieran fijos, parecían como fuegos artificiales estallando, no lograba enfocar. Dije 'tal vez si me pongo los lentes…'", continuó.
Pero los anteojos los había dejado en el lugar de la fiesta y oficiales de tránsito ya los habían detenido y reconocido, y se ofrecieron a acompañarlos a recoger los lentes y de ahí hasta su casa.
"El vigilante (de su casa) y el agente lo subieron (a Chespirito) hasta la recámara, pero se va el agente y el vigilante ve que estoy atrás (del coche) todavía y me dijo que me bajara, le dije 'no puedo' y le empecé a explicar que no me obedecían las piernas, yo sentía el corazón de un acelerado impresionante.
"(El vigilante) Me quiere ayudar a bajar, me pone una pierna, me pone otra, me deja deteniéndome de la puerta, pero se acerca mi perro y por quitarlo empujo la puerta y me voy como regla sobre la cantera. Yo le ordenaba a mis brazos que salieran y no me obedecían, entonces me partí la cara".
De ese golpe, Florinda contó que se abrió la cabeza, la frente, la parte superior del labio, se le partió la lengua y se le aflojaron dos dientes. Se sentía tan mal y estaba tan desorientada, que esa noche se quedó en su casa, sangrando.
Y fue hasta un día y medio después del accidente que, aún si saber con quién consultar, decidió ir con su ginecólogo.
"Estaba hecha un desastre. (El ginecólogo) Me ve hecha un monstruo, con la pupila muy dilatada y me dijo 'seguramente alguien te puso droga en la bebida'".
Y efectivamente, los resultados de laboratorio arrojaron que le habían administrado cocaína, LSD y metanfetaminas.
Respecto a quién fue el que le puso la droga en su bebida, Florinda Meza confesó que ni ella ni su esposo quisieron darle muchas vueltas, porque el círculo de invitados a la boda era muy reducido.
"Todos tenemos alguien que no nos quiere o todos hemos, tal vez, cometido actos que para los demás pueden ser imperdonables. Todos tenemos enemigos, no tengo ni idea y prefiero no pensar", dijo.
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