IRINA BAEVA: La rubia sorprendió con un vestido verde menta que, aunque hermoso, parecía más para una boda en la playa que para una gala de Día de Muertos. Dulce y etérea, sí, pero faltó un toque de dramatismo para estar a la altura del evento. Quizás un relicario con la foto de Gabriel Soto, que nos recuerde que su relación ya está tres metros bajo tierra.
