Pues bien, aquí les resumo el capítulo de ayer y el de hoy de la novela de Marjorie de Sousa y Julián Gil. Resulta que anoche ella llamó a una ambulancia porque el niño tenía una supuesta emergencia médica, al parecer por una posible bronco-aspiración, ya que padece reflujo.

María Gregorio vomitó y se estaba asfixiando, por lo que la actriz de inmediato llamó a los paramédicos, quienes acudieron a su domicilio, pero se les negó la entrada, según reportan varios medios de comunicación porque el bebé había sido estabilizado por la enfermera que cuida al bebé.

Y si todo ocurrió así, entonces se justificaría que fuera una profesional de la salud y no una niñera quien cuidara del pequeño.

Bendiciones para el bebé, qué bueno que está bien. Lo que no entiendo es cómo los paramédicos hicieron un reporte médico contando lo que ocurrió y cómo se solucionó, si ni siquiera los dejaron entrar a ver al niño. Pero bueno.

Y en el capítulo de hoy les cuento que pese a la emergencia de anoche, Marjorie acudió esta mañana muy puntual con su bebé al juzgado, donde un juez estableció que mientras se resuelve el caso el actor puede convivir con su hijo. Sólo que Julián no llegó a la cita.

Ya se imaginarán: por un lado todo mundo viendo a través de las redes sociales que Julián anda promocionando sus productos de salud en Nueva York, y por el otro la actriz con su bebé recién salido de una crisis médica en sus brazos mientras sus abogados decían a la prensa que a ellos nunca les notificaron que la cita se posponía porque el actor no iba a poder asistir.

O sea que por reaccionar a tiempo anoche y superar el susto, y hoy por cumplir con la cita establecida por el juez, el marcador esta semana sería algo así como: Marjorie 2 - Julián 0.

Pero vamos a ver qué pasan estos días, porque esta historia no termina.

Foto: Mezcalent

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