Vicente Fernández no sólo vivió de su música y de sus películas: también se convirtió en un versátil empresario corporativo que llegó a poseer más de 20 compañías en México y otros países, dedicadas a los espectáculos y al ramo inmobiliario.
Todo ello le permitió acumular una fortuna de 25 millones de dólares, reportó Infobae, citando estimaciones de Celebrity Net Work.
Su rancho "Los Tres Portillos", nombrado así en honor a sus tres hijos varones y ubicado en Guadalajara, además de la casa principal cuenta con criadero de caballos, restaurante y la Arena VFG.
El Charro de Huentitán invirtió en 2005, 45 millones de pesos mexicanos para la construcción de ese centro de espectáculos, cuya idea original era que fuera un espacio dedicado a la charrería.
Luego creó el corporativo Grupo Fernández, que se asoció a la empresa de entretenimiento Ocesa para formar Ocesa Jalisco, y años después, en 2015 y junto a Universal Music, lanzó Infinity, firma dedicada a la venta de conciertos, organización de eventos y de booking de artistas.
También fundó Star Productions, compañía enfocada en la promoción y representación de artistas, entre ellos su hijo Alejandro Fernández.
Fuera de los espectáculos, Vicente Fernández tuvo El Caminante, empresa dedicada a la renta de aviones Learjets 45, cuyos clientes en su mayoría son artistas.
Además, Chente impulsó un negocio de cría de caballos miniatura, que no miden más de 86 centímetros y que han tenido gran aceptación en México y Estados Unidos.
Y también tuvo ingresos por la siembra de frutos que cultivaba en Jalisco.
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