Hace ya cinco años que la vida del actor Pablo Lyle cambió por completo, tras cometer homicidio involuntario, permanecer en arresto domiciliario casi cuatro años, ser declarado culpable y purgar apenas el primero de cinco años tras las rejas, más otros ocho en libertad condicional.
Pero más allá del juicio mediático y el odio generado entre la comunidad de Miami, donde en marzo del 2019 le dio un fatídico golpe a un anciano que le provocó la muerte, Pablo enfrenta un castigo aún más fuerte: el no poder ver a sus hijos Aranza y Mauro.
Citando a una persona allegada a los familiares del actor en Mazatlán, la revista TVnotas afirma que están preocupados por su salud mental.
"Está entrando en crisis. Me dicen su hermano y sus papás que cuando hablan con él no para de llorar. Extraña mucho estar con ellos y lo que más le preocupa es saber de sus hijos", afirma la fuente.
"Me cuentan que Pablo no ha visto a sus hijos en varios meses; que su ex, Ana Araujo, no ha podido llevarlos y eso le duele mucho a él. Se está perdiendo la oportunidad de seguirlos viendo. Cuando se comunican, las llamadas son cada vez más cortas y sus hijos más ausentes".
La familia está gastando "una millonada en abogados", dice, para que el actor de Mirreyes contra Godínez pueda salir y seguir pagando su condena en libertad condicional, aunque se quede en Miami, pero fuera de la cárcel.
Aunque el actor hace deporte y está en talleres para mantener su mente ocupada, afirma, le gana el sentimentalismo.
"Su mamá está muy preocupada porque siente que su hijo está cayendo en una depresión fuerte. No sabe cómo ayudarlo. Su hermano Jorge es quien está más al pendiente y el que viaja a verlo más seguido. También él compartió que le preocupa la salud mental de su hermano, porque no lo ve nada bien".
Sobre Ana Araujo, la madre de sus hijos, la familia de Pablo comenta que ella les dijo que le es imposible viajar a Miami tan seguido para que sus hijos lo visiten, pero que espera poder hacerlo este verano.
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