"La verdadera belleza irradia desde dentro", dice Sara Miliken, quien durante ocho años había intentado ser coronada reina y lo logró, pero con más de 330 libras de peso, también recibió una oleada de acoso, burlas y comentarios de odio.
La joven de 23 años, que en días pasados ganó el título de Miss Alabama, dentro del concurso National American Miss "NAM", acaba de compartir en sus redes sociales su historia personal, tras participar en este concurso, que no es necesariamente de belleza.
Sin embargo, aunque obtuvo muchas felicitaciones y empatía de la gente, también recibió comentarios que calificó de "realmente repugnantes", además de peligrosos, pues dijo, muchas veces incitan a las víctimas a querer quitarse la vida.
"Las víctimas de ciberacoso tienen dos veces más probabilidades de autolesionarse y comportarse suicidamente", advirtió la joven. Pero también aseguró que los perpetradores del ciberacoso corren un mayor riesgo de tener pensamientos y comportamientos suicidas.
"El viejo dicho parece cierto: las personas lastimadas lastiman a las personas". Por ello través de su mensaje, instó a víctimas y a perpetradores a recibir ayuda llamando al 988, la Línea de Prevención del Suicidio y Crisis.
¿POR QUÉ GANÓ EL CERTAMEN SIENDO TALLA GRANDE?
"Este año en Alabama, Sara cautivó al panel de selección con su comunicación clara, su aplomo en el escenario y su amplio servicio comunitario. Su mensaje de positividad corporal y énfasis en nunca renunciar a tus objetivos es inspirador.
"Los concursos no son todos iguales. NAM es un concurso que anima a las mujeres jóvenes a vivir la vida sin límites y a perseguir sus sueños con valentía", explica el comité organizador del concurso, cuyo nombre completo es National American Miss Alabama, el cual no tiene nada que ver con los certámenes Miss America y Miss USA.
"LA VERDADERA BELLEZA IRRADIA DESDE DENTRO"
Sara explicó que desde los 16 años había estado intentando ganar este concurso, luchando por cambiar todo en ella para encajar en un molde al cual no pertenecía. Pero año con año se enfrentó a la decepción y a la angustia al ver que la corona se le escapaba. Así que este año fue diferente.
"Decidí perseguir mi sueño esta vez con la misión de redefinir los estándares de belleza", dijo, "para mostrarle al mundo que las mujeres de talla grande también pueden ser reinas de los desfiles".
La joven dice que ahora celebra sus curvas, su confianza y su resiliencia.
"Mi viaje en el certamen me enseñó que la verdadera belleza irradia desde dentro", expresó.
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