A unos días de que su hijo Omar cumpliera 41 años, María Sorté narró en entrevista para TVnotas el momento que vivió al enterarse que él había sufrido un atentado mientras circulaba en su camioneta por Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México.
Omar García Harfuch, hijo de la cantante mexicana de 67 años, es el Secretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX, y hace más de dos años fue atacado por un comando armado, presuntamente del narcotráfico, con armas largas y hasta con granadas de fragmentación.
"Estaba acostada y llegó mi hijo Adrián y me dijo: 'Mamá, no te asustes, Omar está bien. Sufrió un atentado, pero está bien', yo sentí que me desmayaba… No se lo deseo a nadie porque creo que Dios me regresó a mi hijo", narró la actriz.
En el lugar del atentado, ocurrido en junio de 2020, las autoridades encontraron 414 casquillos de bala, cinco fusiles, 40 armas, siete granadas y 51 bombas molotov. Y en el operativo perdieron la vida dos de las escoltas de Omar, que también eran sus amigos.
"Sé que está siempre en un terrible peligro y solamente Dios lo protege. Yo vi la camioneta, cómo había quedado, como 400 disparos, yo dije: 'Cuánta saña'. Murieron dos de sus amigos que yo conocía, pero Dios guardó su vida. A todos nos cambió la vida a raíz del atentado", dijo María Sorté.
En el ataque, el Secretario de Seguridad Ciudadana resultó herido de tres impactos de bala y varias esquirlas, por lo que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente del hombro, la clavícula y una de las rodillas, algo que difícilmente un trabajador de oficina sufriría y que la cantante espera que la ciudadanía valore.
"(El trabajo de Omar) es terrible, descuidando toda su vida familiar, no me gusta, es un hombre sumamente comprometido con lo que hace, ama lo que hace. Cada vez que sucede algo en la Ciudad de México lo veo cómo se preocupa, está dejando su vida, solamente le pido a Dios que las personas estén conscientes de lo que él hace", comentó en la entrevista que TVnotas subió a su cuenta de Instagram.
Debido a la ocupación de su hijo Omar, María Sorté dijo que lo único que puede hacer es poner su vida en las manos de Dios, porque ella no puede hacer nada.
"Si yo viviera con los nervios de lo que les podría pasar, no podría. A los dos (hijos) los pongo en las manos de Dios y digo: 'Señor, protégelos', no puedes hacer más", expresó con resignación.
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