Doña Eva Mange, la entrañable abuelita de Thalía y Laura Zapata, acaba de fallecer a la edad de 104 años, víctima de las complicaciones de salud a raíz del deficiente cuidado que recibió hace unos meses en un asilo.
Hasta hace unas semanas, Mange recibió transfusiones de sangre debido a una anemia aguda que sufrió, y que logró superar.
Tanto Thalía como Laura dieron a conocer la triste noticia a través de sus redes sociales, exactamente con la misma esquela:
Laura se despidió así de su abuela a través de su cuenta de Twitter:
"Ya voló mi amada abuela Eva, buen viaje de regreso a la casa del Señor, te amo y celebro tu nueva vida".
Eva Mange Márquez nació el 21 de enero de 1918 en La Paz, Baja California e integró una familia numerosa en un barrio conocido como 'El Esterito'.
La matriarca de uno de los clanes del medio del espectáculo más controvertidos por sus conflictos familiares, en una entrevista que le realizó la actriz Laura Zapata para el programa Ventaneando en 2013, habló de su feliz infancia, de su fallido matrimonio, de su nieta consentida y de los desafortunados desencuentros que tuvo con Thalía.
"(Tuve una infancia) Muy feliz, yo nací en La Paz, Baja California Sur y tenía como de aquí a allá el mar, para mí el mar era mi vida, nos juntábamos toda la palomilla y nos íbamos a nadar y nos quedábamos en el malecón hasta la una o dos de la mañana platicando cuentos... No había luz, la luz llegó a mi tierra cuando yo tenía 10 años y nos daban películas con un fonógrafo", narró cuando tenía 95 años de edad.
Llamada en su familia 'La preciosita' o 'La quitito', doña Eva adoraba a su madre y cada 10 de mayo procuraba regalarle lo que más le gustaba.
"(Mi madre fue) Preciosa. Una mujer muy luchista, una mujer muy trabajadora", contó. "Juntaba los centavitos que me daban porque a mi mamá le gustaban mucho los peinotones españoles y eso le regalaba a mi mamacita y cuando no alcanzaba le compraba sus medias kayser, unas medias muy finitas que había".
A los 16 años, doña Eva se casó en La Paz con un joven dos años mayor que ella, hijo único cuya madre era dueña de una fábricas de zapatos, pero su matrimonio no duró.
"Ya ves, se enamora uno y le va mal... Todas las mujeres lo seguían. Tuve a Yolandita y nos venimos aquí (Ciudad de México) con el pretexto de que él estaba estudiando... me fue mal, nos separamos y yo entré a trabajar a la Secretaría de Hacienda allá en Palacio Nacional, 30 años trabajé ahí con (el entonces presidente de México) Miguel Alemán".
Laura Zapata ha contado que quien la crió realmente fue doña Eva, pues su madre Yolanda la dejó bajo su cuidado cuando se casó por segunda vez, ya que su nueva pareja no la quería. Y la relación que abuela y nieta construyeron siempre fue muy estrecha.
"Pesaste 1.250, chiquita, bonita, bonita. Se fueron conmigo a la casa tú y tu mamá porque se había enojado con tu papá y ahí seguimos hasta que se divorció. Luego se volvió a casar con este señor que Dios guarde la hora, el doctor Ernesto Sodi Pallares, que por desgracia conoció mi hija. Un hombre muy egoísta, no nos quería ni a Laurita ni a mí y por eso las chamacas esas son así (sus otras nietas)".
SU GRAN PÉRDIDA
Doña Eva reconoció que la muerte de su hija Yolanda, madre de Thalía y Laura Zapata, fue una de las experiencias más duras que tuvo que afrontar, seguida de la decisión que tomó Thalía de llevarse sus restos sin pedirle su opinión.
"Perder un hijo es lo más duro. Un mes antes de que viniera del último viaje con Thalía me dijo 'no tenga miedo a la muerte, dicen que es muy bonita, que hay mucha luz'... nomás dijo 'me duele la cabeza, me duele la cabeza' y ahí se quedó.
"(Con Thalía) estoy muy sentida porque no me tomó en cuenta cuando se murió tu mamá: 'abuela, me quiero llevar a mi mamá a Nueva York, la quiero tener allá', no, ya cuando acordé ya estaba m'ija metida en una cripta de ahí, no me tomaron en cuenta nada, nada, nada ¿quién la va a ver allá?, ella nomás", recriminó.