Víctima de la negligencia médica que la puso al borde de la muerte, Lucila Mariscal recordó el momento cuando con tal de reducir su talla de busto, se puso en las manos equivocadas, lo que le costó sufrir una amputación.
La comediante mexicana de 81 años, reconocida por su personaje "Doña Lencha", platicó que debido al tamaño de su busto tenía que viajar a Estados Unidos para comprar sus brasieres talla 44 doble D-E, hasta que una compañera actriz, de quien prefirió no decir su nombre, le recomendó a una persona que podía hacerle una reducción mamaria.
"Fue horrible porque era un señor que no era cirujano plástico, me parece que era odontólogo, otra cosa que nada qué ver. Él sabía algo de masajes faciales, pero me lo súper recomendó una actriz, me dijo que era lo máximo", recordó Lucila en una entrevista con la periodista Matilde Obregón.
Confiada, la comediante se puso en sus manos para reducir la talla de su busto; sin embargo, reveló que el médico la tuvo sedada más de 10 horas y le realizó más cosas que ella no tenía contempladas.
"Me hizo lo que se le pegó la gana el desgraciado éste. Yo nada más quería eso (reducción de busto), pero ya cuando me tuvo en el quirófano, que fueron 10 horas y media anestesiada, me hizo lo que quiso.
"Según él la reducción del vientre, la liposucción, y reducción de mamas, entonces yo no podía despertar de la anestesia, me estaba muriendo", detalló en el programa Matilde Obregón sin Filtros que se transmite en YouTube.
Como consecuencia de esa práctica, el cuerpo de Lucila se infectó y luego de consultar con varios médicos, uno tuvo que removerle un pezón.
"(Me quedé) sin un pezón porque posteriormente se me infectó todo el cuerpo, me estaba poniendo azul, me estaba echando a perder por dentro", detalló. "Televisa me puso en manos de un médico que me quitó el pezón y me sacó lo malo".
Lucila fue sometida a varias debridaciones, que consisten en remover el tejido dañado o muerto para que el cuerpo pueda cicatrizar, mientras grababa la telenovela Vivo por Elena.
"Iba todos los días a la hora de mi comida (a las curaciones). Era muy impresionante porque lo estás viendo, pero como (el tejido) se estaba echando a perder, no duele".
Después de eso, la comediante confesó que empezó a conformarse e identificarse con el cuerpo que tenía.
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