Un científico de la universidad de Hertfordshire, se hizo esta pregunta y decidió encontrar la respuesta para llegar al fondo del fenómeno de la buena suerte.
Lo que reveló el experimento del catedrático en psicología, Richard Wiseman nos ayudará a tener mejor suerte en la vida.
Él publicó un anuncio en los periódicos nacionales de Inglaterra, un anuncio solicitando personas que sintieran tener buena suerte y personas que pensaran que la mala suerte siempre los acompañaba. Cientos de hombres y mujeres se ofrecieron como voluntarios para la investigación.
El científico los entrevistó a todos, monitoreaba sus vidas y los hizo tomar parte en varios experimentos, en uno de ellos separó a todos los participantes en dos grupos. En un cuarto puso a los suertudos, y en otro a los que aseguraban tener mala suerte. A ambos grupos les dio un periódico y les dijo: “Miren este periódico y díganme cuántas fotografías encuentran”. Lo que nadie sabía era que secretamente el profesor había colocado un mensaje de media página con letras grandes que leía: “Dígale al profesor Wiseman que ha visto este anuncio y usted ganará $50'
Lo que sucedió fue una gran revelación. La mayoría de las personas que decían tener mala suerte no se dieron cuenta del anuncio mientras que los que indicaban tener buena suerte lo vieron rápidamente.
¡El mensaje era obvio y ocupaba la mitad de la página! ¿Por qué unos lo detectaron y otros no? Lo que Wiseman concluyó es que la gente que se considera desafortunada son generalmente más tensa, tienen más preocupaciones y viven con más ansiedad. Todo este nerviosismo interrumpe la capacidad de reconocer las oportunidades que les llegan en la vida. En otras palabras, la negatividad que hay en sus mentes no les permite darse cuenta de una oportunidad inesperada. Por eso, los que estaban intranquilos y desesperados pasaron por alto el anuncio y la ocasión de ganar dinero.
Hay quienes piensan que las buenas oportunidades están reservadas únicamente para aquellos que nacen con “estrella”, sin embargo, el resultado de este experimento muestra que la buena suerte va de la mano con los buenos pensamientos. Además, también confirma el famoso dicho: “Las oportunidades no llegan, se buscan”.
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