El pleito, los disgustos y hasta las balconeadas que se han dado Victoria Ruffo y Eugenio Derbez son conocidas desde que se separaron allá por la década de los 90, pero antes de eso existió una historia en la que, por lo menos, la actriz tenía planes para vivir en familia.
Una entrevista poco vista, realizada por la presentadora regiomontana Mayra Saucedo para el programa Al Despertar que transmitió Televisa entre 1993 y 1998, y que está disponible en YouTube, permite conocer a los actores en su faceta personal, de pareja y familiar.
Instalados en su casa, junto al piano que Victoria había comprado tres meses atrás con el sueño de algún día poder tocarlo junto a Eugenio y su entonces pequeño hijo José Eduardo, la pareja habló de lo que más les gustaba del otro, de la forma de administrarse y hasta de cómo se conquistaron.
"Se han dicho muchas versiones, sobre todo la de él, y yo quiero dejar aclarada la definitiva: él estuvo detrás de mí", soltó Ruffo a la pregunta, a la cual Derbez soltó una carcajada: "no es cierto, ¡córtale mi chavo!", dijo el comediante.
Eugenio relató que él se acercó a ella por curiosidad, luego que le dijeran que la actriz había preguntado por él; pero según Victoria, él se tardó en besarla.
"Lo normal es que uno diga" 'sí, yo la conquisté', pero no ¿para qué decir mentiras?", contó Eugenio. "Pero ya habías hecho tu campañita", interrumpió Victoria. "No, no le crean, ella es de telenovelas; puras mentiras", agregó el comediante.
"Él es medio rejego (terco), ya estaba en la casa y le hacía cosquillitas para que me diera un beso y me lo daba aquí (tocándose a un lado de los labios. Y pensaba:) '¿éste no quiere besarme, o qué?'", confesó seria la actriz.
Ruffo balconeó a Derbez contando que él no era capaz de cambiarle el pañal a José Eduardo, pues un día salió todo un día con el niño, de la 7 de la mañana a las 10 de la noche, y sólo se lo llevó uno, por lo que al volver, el pequeño regresó todo rozado.
"Pues es que no me pidió hacer pipí en todo el día", fue la excusa de Eugenio.
Pese a todo, ambos dijeron estar enamorados. Él confesó que le gustaba de ella su tranquilidad, sus ojos y sus pestañas; y a ella de él su dicción, su sentido del humor, su pelo y sus pompas, pero lo que definitivamente no le gustaban eran sus orejas y su perfeccionismo.
"¿Eres celosa?", le preguntó la conductora a Ruffo. "Yo, mucho… Yo sí, yo lo mato, lo rapo o a ver qué le hago", respondió la actriz sin dudar.
Brevemente, José Eduardo llegó a la entrevista, tendría poco más de un año, ya caminaba y hablaba y Eugenio confesó que tenía el carácter de su mamá.
"Es caprichosito como tú, es tranquilón, pero tiene el carácter de la mamá, yo de chico era muy tranquilito y a éste (le dices) 'ven' y (dice): 'no, no quiero ir'… Mamitis siempre ha tenido", detalles que pareciera que a la actriz no le gustó que dijera el también productor.
Además contaron que cada quien manejaba sus finanzas, pero que quien más gastaba era Victoria, aunque él trataba de hacerle entrar en razón en sus compras.
"Cuando se deprime le da por irse a comprar cosas... y se deprime diario", expresó Derbez. "Lo que pasa es que cuando vamos de compras yo meto en un carrito todo lo que me gusta, lo que me encuentro al paso, y llega Eugenio y me pregunta: '¿esto para qué es?', total que me deja el carrito limpio", detalló Victoria.
A petición de la periodista, los actores le dieron un recorrido por su casa y hasta presentaron a Triana, una perrita de raza dóberman enana; pero lo que más sorprendió fue la recámara de José Eduardo, que la tenían llena de juguetes.
"Yo hablaba con ellos (con los juguetes) y les decía: van a jugar con m’ijo (cuando aún estaba embarazada)", contó Ruffo.
Finalmente, volvieron a donde empezaron, junto al piano recién comprado para tocar juntos un fragmento de melodía.
"Metí a José Eduardo a estudiar piano desde chiquito para que le empezara a gustar. A su papá le gusta mucho el piano, él compone y toca muchas veces el piano, mi idea era que un día los tres pudiéramos hacerlo juntos", confesó Victoria para cerrar con Balada para Adelina tocada por las manos de Derbez.
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