Quiero contarles sobre mis días de descanso en República Dominicana: mi primer experiencia fue al llegar a su capital, Santo Domingo, una ciudad llena de historia, imagínense, el primer asentamiento europeo en América Latina.
Y si es espectacular ver lugares históricos, imaginen lo que será dormir en uno de esos lugares porque me hospedé en nada menos y nada más que en el Hotel Nicolás de Ovando, lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Esta preciosidad histórica fue construida en 1502 en la calle Las Damas, la primera en ser pavimentada en toda América Latina, y fue la residencia del primer gobernante español de Latinoamérica, sí, el mismo que también acompañaba a Cristóbal Colón en su travesía hacia el nuevo mundo y que finalmente desembarcó en esta maravillosa isla.
El Nicolás de Ovando está formado por tres casas coloniales que fueron adaptadas como hotel pero mantienen su esencia original, por ello puedes encontrar decoración colonial por todos lados, lo ves en los herrajes, los candiles, es más, incluso cuando llegas a la recepción, te topas con un cuadro pintado al óleo del mismo Nicolás de Ovando, no pregunté de cuándo era pero definitivamente es una reliquia.
Es una preciosidad, no por nada la expareja más bella de Hollywood, Brad Pitt y Angelina Jolie, eligieron hospedarse en él cuando estuvieron en la ciudad por allá del 2006.
En fin, déjenme decirles que en este sitio lo colonial no está peleado con lo contemporáneo, así que igual encuentras una espectacular piscina en uno de sus patios coloniales, así como gimnasio, bar, WiFi gratuito y un restaurante que ofrece la deliciosa típica comida de República Dominicana, con una gastronomía de combinación francesa y criolla.
Y cuando hablas de habitaciones, pues no puedo dejar de comentarles lo que dije aquí arriba: esa combinación de fantásticas reliquias con la comodidad contemporánea es espectacular porque mi cuarto tenía mobiliario súper moderno pero con toques coloniales como esa ventana que en lugar de persianas o cortinas, son pequeñas puertas de madera antigua las que me cubrían del sol.
Ah y por cierto, para cerrar con broche de oro, necesito comentarles que tiene espectaculares espacios para organizar eventos pero hay uno con el que me quedé maravillada y fue "La Capilla", que es donde fue el evento por el que visité República Dominicana, el Tercer Encuentro de Comunicadores.
Nunca pensé que un evento en el que se habla de tecnología en comunicación se pudiera hacer en un lugar histórico que data de 1500. ¡Definitivamente fue una experiencia como pocas!